“La tierra es un ser vivo y no nos pertenece”

Francisco Serra, Sacerdote e intelectual español (s. XXI)

Terres dels Alforins

Desde los Íberos hasta los Jesuitas

Casa Los Frailes se sitúa en un valle, llamado dels Alforins (“Terres dels Alforins”), en el sur oeste de la provincia de Valencia a una altitud media de 650 metros sobre el nivel del mar. Este valle está situado entre dos sierras que conectan al este con el Mar Mediterráneo (50 km) y al oeste con la meseta manchega y alicantina.

Es una región con una larga historia de asentamientos donde se puede encontrar los restos de un poblado Íbero del s. IV antes de cristo. La Vía Augusta, la calzada romana más larga del imperio que iba desde Roma hasta Cádiz, cruza por delante de Casa Los Frailes. El paisaje es de tal belleza que cuando pasó Jaime I el Conquistador tras su salida de Valencia, convirtió la zona en “dominio real”, es decir pasó a ser parte de su patrimonio personal. Con la expulsión de los moros en el s.XIII, se plantaron cepas, y con la llegada de la orden de los Jesuitas se empezó a elaborar vino, existiendo numerosas fincas, masías o heretats que albergan sus propias bodegas de tinajas (bodegas fondas).

Suelos

130 hectáreas divididas en 5 grandes tipos de suelos

Casa Los Frailes está ubicada en una depresión de la cordillera sub-bética. Esta región tiene una larga historia geológica datando la formación geológica de la era secundaria, terciaria y cuaternaria. En la formación nos podemos encontrar; sedimentos marinos (cretáceo, entre 145 y 66 millones de años), conglomerados, areniscas multicolores (terciario- 66 millones de años), erosión y calizas continentales (cuaternario-actual).

Las montañas que rodean Casa Los Frailes son dolomitas con su forma recortada y variada en forma de ruina. La formación de estos relieves ha favorecido la erosión (desde el cuaternario hasta ahora), redistribuyendo elementos transportados por el agua como el magnesio, el hierro, las arcillas y sobretodo la caliza.

A diferentes niveles de profundidad según el suelo, se puede encontrar la roca madre, caliche (también llamado “tap”) una piedra caliza dura que ofrece una resistencia excepcional (los depósitos más antiguos son los más cristalizados y los más duros). Este “tap” es el que permite mantener la humedad en el suelo en los periodos de sequía. Y a su vez la textura franco arenoso y pedregosa del suelo la que permite el drenaje del agua cuando llueve en abundancia.

  • Suelos Dolomitas Limoso-calcáreos
  • Suelos Rubificados Calcáreos
  • Suelos Caliza Amarilla Limoso-arenosos muy calcáreos
  • Suelos Caliza Blanca Limoso-arenosos muy calcáreos
  • Suelos Aluviones Limosos-arcillosos
  • Suelos Dolomitas

    Suelos limoso-calcáreo muy pedregosos. Suelos muy próximos a la montaña dolomita, enriquecidos en magnesio (por la erosión de la dolomía) y muy poco profundos por la cercanía del “tap”. Contiene conglomerados calcáreos marinos, cantos rodados y dolomías muy ricas en magnesio. La frescura, la finura y la mineralidad que caracteriza a  La danza de la Moma y a Los Frailes Dolomitas provienen de estas cepas de Monastrell y Marselan cuyas raíces se desarrollan muy cerca de la roca madre, “tap”.
  • Suelos Rubificados

    Suelos Rubificados calcáreos. Suelos muy ricos en hierro (acumulación de óxido de hierro) que les confiere ese color rojo en superficie y limita la clorosis. Son suelos en la ladera de la montaña muy sensibles a la erosión siendo su composición conos de talud detrítico antiguos. Son suelos más profundos y más porosos que los anteriores lo que permite una mayor reserva de agua.  Suelos con gran potencial para producir vinos con estructura, como la que proporciona la Cabernet-Sauvignon a Trilogía, y con golosidad y frescura como la que aporta la Garnacha Tintorera a Los Frailes Rubificados y F Monastrell- Garnacha.
  • Suelos Caliza Amarilla

    Suelos limoso-arenosos muy calcáreos (rendzinas amarillas). Cogen un color amarillo u ocre en función de si el suelo es sobre areniscas multicolores calcáreas (color más amarillo) o sobre areniscas finas calcáreas (color más ocre). Son suelos muy pobres por su elevado porcentaje de calcáreo activo. Sin embargo, la concentración en hierro que ayuda en la lucha contra la precipitación de la caliza activa y el buen nivel de magnesio permite tener una buena maduración de las uvas manteniendo una muy buena acidez (por su antagonismo con el potasio). Eso explica el equilibrio fresco de la Monastrell que nace de estos suelos.  Esta Monastrell la podemos encontrar en Los Frailes Caliza y en Bilogia.
  • Suelos Caliza Blanca

    Suelos limoso-arenosos muy calcáreos (rendzinas blancas) de color blanco sobre un zócalo de caliza lacustre. Son suelos extremadamente calcáreos, con poco hierro pero donde el buen nivel de sílice permite reducir la actividad del calcáreo y por tanto favorece un buen desarrollo radicular, siendo las raíces muy profundas. Esta peculiaridad  hace que, incluso en año seco, la viña aguante bien y tenga un desarrollo normal. Estos suelos, que aportan frescura, finura y mineralidad son donde encontramos las uvas blancas que conforman el  Blanc de Trilogía, y las cepas viejas de Monastrell que dan lugar a “1771”.
  • Suelos Aluviones

    Suelos de origen aluvional, son suelos más profundos, limosos- arcillosos con piedras de caliza blanca y amarilla. Estos suelos al ser más ricos que los anteriores albergan gran cantidad de cubierta vegetal espontánea sirviendo de pasto a las ovejas y atrayendo a insectos benéficos y  pájaros cantores. El  frescor, la óptima acidez y los delicados aromas a flores que imparten los suelos profundos y la altura, se presenta en los vinos de finca, Los Frailes Monastrell, Los Frailes Monastrell-Garnacha y Los Frailes rosado.

Viñedos desde el s.XIII

Fieles a la Monastrell con viñas de más de 80 años de antigüedad

Las viñas fueron plantadas por los cristianos en el s.XIII después de la expulsión de los moros y desde entonces se ha seguido cultivando viña. La variedad reina es la Monastrell ocupando el 60% de nuestro viñedo. Las viñas de Monastrell están cultivadas en vaso (como antiguamente se plantaba en España) siendo viñas de 40 años de antigüedad de media con un rendimiento  medio de 2500 kilos/hectárea. Las más antiguas tienen más de 70 años de antigüedad siendo las viñas que más expresan la autenticidad de nuestro terruño.

Hasta el 80% lo componen variedades autóctonas del Mediterráneo como la Garnacha Tintorera (Alicante Bouschet), Syrah, Marselan. Y el resto son variedades Atlánticas como la Cabernet Sauvignon y la Tempranillo que actualmente están en proceso de reconversión. Todo el viñedo se encuentra en riguroso secano que junto a los suelos calcáreos y la baja pluviometría propician unos rendimientos muy bajos pero con alto nivel cualitativo.

La finca esta diferenciada en 4 zonas según el estudio de los suelos explicado en el punto anterior. En cada una de estas zonas están las parcelas marcadas por una orientación, por un tipo de suelo, por una variedad, por una plantación (vaso o espaldera) y por un año de plantación.

Clima Mediterráneo

Agricultura de secano a 650-700 metros sobre el nivel del mar

Casa Los Frailes se caracteriza por un clima Mediterráneo del interior (continentalizado) con inviernos templados y veranos secos y calurosos.. En cotas tan al sur, donde los veranos son muy secos y calurosos, la altitud de 650-700 metros sobre el nivel del mar, favorece el contraste de temperaturas entre el día y la noche siendo un factor fundamental para el refresco de las viñas. El mes más frío es enero con una media de 6 ºC y el más caluroso es agosto con 23 ºC de media. Las temperaturas extremas se sitúan en -6ºC en invierno y alrededor de los 35 ºC en verano.

La pluviometría es muy baja, con una media de 350ml /año alcanzando máximos índices en otoño y mínimos en verano. Durante los meses de verano, cuando la pluviometría es muy baja y estando las viñas en secano, sin riego alguno, son los vientos procedentes del Mar Mediterráneo que refrescan y humedecen las uvas calentadas por los largos días estivales de sol.

Las horas anuales de insolación alcanzan las 2.600 horas permitiendo una perfecta maduración de las viñas. La máxima en el mes de julio con 340 horas al mes y la mínima en diciembre con 150 horas al mes.

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